Dominar el Time Blocking: el secreto para tomar las riendas de tu vida
Si alguna vez haz visto tu lista de tareas pendientes y te has preguntado cómo hacerlas todas en un día, bienvenido al club.
Entre el trabajo, la familia y, bueno, la vida en general, a menudo parece que el tiempo se nos escapa de las manos. Ahí es donde entra en juego el time blocking, un método sencillo y eficaz que te ayuda a gestionar tareas y empezar a priorizar.
Famosamente utilizado por gente como Elon Musk, Steve Jobs y Bill Gates, esta técnica puede ayudarte a recuperar el control de tu vida y a poner en práctica estrategias para ser más eficiente a la hora de enfrentar tus tareas diarias.
Este artículo cubre:
- ¿Qué es time blocking?
- ¿Realmente funciona el time blocking?
- ¿Cómo empezar con el método time blocking?
- Utilizar herramientas digitales para gestionar el time blocking
- Incorporando la técnica Pomodoro al time blocking
- Mi experiencia con el método time blocking
- Errores más comunes a la hora de utilizar el time blocking y cómo evitarlos
- Reflexiones finales: ¿Merece la pena el time blocking?
¿Qué es time blocking?
El «time blocking» es el proceso de dividir el día en bloques de tiempo dedicados, cada uno de ellos asignado a una tarea o actividad específica. Es como asignar un trabajo a cada minuto.
En lugar de reaccionar en el momento ante los correos electrónicos o las distracciones, decides proactivamente cómo vas a emplear tu tiempo y compruebas tus correos y mensajes en momentos del día previamente asignados.
La magia de esta técnica reside en su estructura. No se trata de dedicar más tiempo al día, sino de trabajar de forma más inteligente.
Es decir, agrupas tareas similares en segmentos, eliminas la multitarea y dedicas el 100% de tu atención a la tarea que tienes entre manos, en lugar de reaccionar a lo que te depara el día.
¿Funciona realmente el time blocking?
El time blocking, o la técnica de los bloques de tiempo, funciona porque te ayuda a ser consciente de lo que haces. En lugar de confiar en listas de tareas poco concretas, te comprometes a realizar tareas específicas en momentos concretos.
Esta precisión elimina la cansancio que supone tomar las decisiones y además, reduce la procrastinación.
Las investigaciones lo corroboran. Un ensayo del profesor de filosofía John Perry, titulado: «Structured Procastination» (Procastinación estructurada, en español), descubrió que programar las tareas con antelación aumenta significativamente la productividad y la concentración. Si creas una hoja de ruta para tu día, no sólo reaccionas al caos, sino que diriges el barco.
Este estudio, aunque no analiza directamente el «bloqueo del tiempo» como técnica, pone de relieve cómo los intervalos estructurados ayudan a las personas a concentrarse mejor y evitar la procrastinación.
¿Cómo empezar con el método del time blocking?
Empezar con el método de time blocking es más fácil de lo que crees. Aquí tienes una guía paso a paso para prepararte para el éxito:
- Planifica con antelación: Al final de cada jornada, planifica tus prioridades para el día siguiente. Pregúntate en qué momento del día sueles ser más productivo y plafinica tus tareas atendiendo a eso. Coloca las tareas difíciles en los momentos en los que sueles ser más eficaz y las tareas más ligeras en los momentos en los que sueles bajar el ritmo.
- Crea categorías: Agrupa las tareas en categorías, por ejemplo: reuniones, trabajo en profundidad, administración, tiempo personal. Si tienes varias reuniones, no las disperses a lo largo del día, agrúpalas en un bloque para ser más eficiente con tu tiempo.
- Establece límites de tiempo: Asigna duraciones realistas a cada bloque. Planifica lo imprevisto y deja margen para tareas inesperadas o para cosas que lleven más tiempo del previsto. Si intentas abarcar demasiado, inevitablemente empezarás a desviarte del camino.
- Cíñete al plan o ajústalo si es necesario: Trata tus bloques de tiempo como citas. Nada de mirar a hurtadillas Instagram. Dicho esto, si las cosas no van como deberían, que no cunda el pánico: cambia tu plan para tener en cuenta las desviaciones. Ningún día es perfecto y no pasa nada si tienes que hacer algún reajuste en tu plan.
- Utiliza herramientas para garantizar el éxito: Utiliza una aplicación de bloqueo del tiempo que te ayude a cumplir tus compromisos sin tener que estar pendiente del reloj.
Utilizar herramientas digitales para gestionar el time blocking
Una de las partes más difíciles del bloqueo del tiempo es no perderlo. Ahí es donde resulta útil un aplicación de bloqueo del tiempo. Esta herramienta online te ayuda a programar tareas y a controlar el uso que haces de tu tiempo, todo en un mismo sitio.
Este tipo de software te permite establecer bloques para todo, desde reuniones hasta sesiones de concentración, y controlar cuánto tiempo dedicas a cada cosa. Su diseño visual te permite ver fácilmente en qué empleas el tiempo y ajustar tu agenda según sea necesario.
Es como tener un entrenador personal, pero sin silbato.
Incorporando la técnica Pomodoro al time blocking
Creada por Francesco Cirillo a finales de la década de 1980, la técnica Pomodoro, llamada así por el temporizador de cocina en forma de tomate en que se inspiró, fue diseñada para simplificar tareas muy grandes dividiéndolas en intervalos más pequeños y manejables.
La técnica Pomodoro es una versión del bloqueo del tiempo que divide las tareas en intervalos de 25 minutos, seguidos de breves descansos.
Si el bloqueo temporal consiste en estructurar el día, la técnica Pomodoro es el motor que impulsa cada bloque. Estos métodos se complementan a la perfección, ya que crean un flujo de trabajo eficiente y centrado, al tiempo que proporcionan a tu cerebro los descansos que necesita para mantenerse alerta.
Para combinarlos, haz lo siguiente: cuando asignes un bloque de tiempo a una tarea, divídelo en intervalos (pomodoros) de 25 minutos, seguidos de descansos de 5 minutos.
Por ejemplo, si bloqueas 2 horas para escribir un informe, completarás cuatro pomodoros con breves descansos entre cada uno, y quizá un descanso más largo al final.
Te interesa: Cómo controlar el tiempo con time blocking al estilo Elon Musk.
Mi experiencia con el método time blocking
Seré sincero: la gestión del tiempo no es algo que se me dé de forma instintiva.
Al principio, el time blocking me parecía restrictivo. La idea de planificar cada hora de mi día sonaba como un campamento de entrenamiento de productividad, no como un truco de vida. Pero después de una semana de intentarlo, me di cuenta de que era un verdadero estímulo para luchar contra mi tendencia procrastinadora.
Tareas que solían estar al final de mi lista de tareas pendientes durante semanas, de repente encajaban perfectamente en espacios de 30 minutos.
Mi bandeja de entrada de correo electrónico ya no controlaba mi día, ya que en lugar de responder cada vez que mi teléfono sonaba en mi bolsillo, mantenía las notificaciones desactivadas y respondía a varios correos en bloques.
¿Y lo mejor? Terminaba el trabajo antes y sin sentirme culpable, sabiendo que me había ocupado de lo más importante y que el resto podía dejarlo para el día siguiente.
Errores más comunes a la hora de utilizar el time blocking y cómo evitarlos
A lo largo de mi experiencia con el time blocking, he aprendido algunas trampas en las que no conviene caer:
- Sobrecargar el día: No metas demasiadas cosas en un solo bloque. Sé realista sobre la duración de las tareas.
- Saltarse los descansos: Incluye tiempos muertos en tu agenda para reponer fuerzas. Las pausas aumentan la productividad, no hacen perder el tiempo.
- Ser demasiado rígido: La vida tiene sus cosas y es incontrolable. Deja un margen de tiempo para hacer frente a imprevistos.
Reflexiones finales: ¿Merece la pena el time blocking?
El método del time blocking o bloqueo del tiempo no es sólo una cuestión de productividad, sino de recuperar el control. Te ayuda a emplear tu tiempo de forma intencionada, para que puedas trabajar de forma más inteligente, alcanzar tus objetivos y seguir teniendo tiempo para disfrutar de la vida.
Si te sientes desbordado por tu agenda, prueba este método. Empieza poco a poco, sé constante y deja que herramientas como Jibble hagan el trabajo pesado. Puede que te des cuenta de que es el truco que necesitabas para gestionar tus tareas.