La enfermería es una profesión apasionante, pero también muy estresante. Hay sitios en los que el servicio de asistencia sanitaria funciona 24 horas al día, 7 días a la semana, donde lo más habitual es tener turnos de 12 horas.
Estos turnos pueden requerir que se trabaje los fines de semana y durante la noche. Una buena técnica de gestión del tiempo para enfermeras puede contribuir a garantizar una atención de calidad a los pacientes y reducir el agotamiento del personal de enfermería.
En este artículo, voy a compartir ocho prácticas de gestión del tiempo para enfermeras que pueden ayudarte a optimizar tu productividad y lograr un mejor equilibrio entre la vida laboral y personal.
Tanto si eres una enfermera experimentada como si acabas de empezar tu carrera en el sector sanitario, incorporar estas estrategias de gestión del tiempo a tu rutina puede mejorar tu vida profesional.
8 buenas prácticas de gestión del tiempo para enfermeras y enfermeros
- Consejo #1: Llega temprano.
- Consejo #2: Divide las tareas grandes en etapas más pequeñas y manejables.
- Consejo #3: Crea una rutina y cíñete a ella.
- Consejo #4: Olvídate de la multitarea.
- Consejo #5: Delega cuando puedas.
- Consejo #6: Aprovecha el poder de las apps de control del tiempo.
- Consejo #7: Identifica y elimina las actividades que te hagan perder tiempo.
- Consejo #8: Tómate un tiempo para descansar.
Consejo #1: Llega temprano.
A quien madruga Dios le ayuda, o en este caso, le da ventaja a la hora de leer los informes de los pacientes y planificar su turno.
Una de las mejores maneras de empezar el día es llegar temprano. Es decir, llegar al trabajo unos minutos antes de que empiece el turno. De este modo, dispondrás de tiempo para acomodarte, organizar tus pensamientos y prepararte para el día que tienes por delante. Además, llegar temprano puede ayudarte a evitar el estrés de las prisas y el retraso desde el primer momento.
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Consejo #2: Divide las tareas grandes en etapas más pequeñas y manejables.
Todos sabemos lo abrumador que puede resultar enfrentarse a esas tareas enormes que parecen consumir todo nuestro tiempo y energía. La clave está en dividirlas en pasos más pequeños y manejables. Tómate un momento para evaluar la tarea que tienes por delante e identifica en qué fases puedes descomponerla.
Por ejemplo, si tienes que asistir a una intervención quirúrgica esencial durante el día, puedes dividir esta tarea en pasos más pequeños. Puedes empezar revisando el procedimiento quirúrgico, verificando la información del paciente, coordinando las pruebas preoperatorias, etcétera. Asegúrate de organizar los pasos por orden de prioridad e importancia.
Dividir las tareas grandes en pasos más pequeños, te ayudará a mantener la concentración y la motivación.
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Consejo #3: Crea una rutina y cíñete a ella.
Establecer una rutina constante te ayuda a organizarte mejor y a reducir el esfuerzo que produce la toma de decisiones. Planifica tu día, incluyendo franjas horarias específicas para actividades como la atención al paciente, los procesos de documentación y los descansos.
Por supuesto, la flexibilidad es esencial en el sector sanitario, pero tener una rutina como guía general puede ayudarte a afrontar los retos inesperados con mayor eficacia. Además, una vez que te acostumbras a tu rutina, se convierte en algo natural, lo que hace que tus días sean más llevaderos.
Consejo #4: Olvídate de la multitarea.
Aunque pueda parecer contrario, las investigaciones han demostrado que la multitarea en realidad es un obstáculo para la productividad hasta en un 40%. Puede dar lugar a errores y a una disminución de la eficiencia.
Cambiar de una tarea a otra de forma constante consume tiempo y esfuerzo mental, lo que reduce la productividad y tu capacidad de concentrarse en tareas realmente necesarias. Por otro lado, puede generar fatiga cognitiva y estrés, afectando tu toma de decisiones y la calidad del cuidado al paciente.
En lugar de intentar hacer malabarismos con varias tareas a la vez, céntrate en una sola y préstale toda tu atención. Concentrarse en una sola tarea puede hacer que la completes de forma más eficiente y eficaz, ahorrando tiempo a largo plazo.
Consejo #5: Delega cuando puedas.
Como profesional de la enfermería, por lo general tienes muchas tareas que atender. Es esencial reconocer que no puedes encargarte de todo. Delegar es la clave.
Identifica las tareas que puedes pasar a otros miembros del equipo sanitario, como auxiliares de enfermería o personal de apoyo. Esto no significa descargar todo el trabajo sucio en el ayudante de enfermería o en el becario de turno. La delegación debe ser un proceso reflexivo y estratégico.
Delega tareas que se ajusten a su experiencia y les permitan crecer profesionalmente. Al asignar las tareas adecuadas a las personas idóneas, conseguirás aligerar tu carga y permitirá a tus colegas contribuir de forma significativa a la atención al paciente.
Consejo #6: Aprovecha el poder de las apps de control del tiempo.
Las aplicaciones de control del tiempo son herramientas muy potentes capaces de gestionar tu agenda y priorizar tareas. Estas aplicaciones te permiten controlar y analizar cómo empleas tu tiempo, ayudándote a identificar áreas en las que puedes mejorar.
Puedes establecer recordatorios para turnos o descansos, crear listas de tareas pendientes y programar actividades específicas. Algunas aplicaciones, como la app de control del tiempo Jibble, ofrecen incluso funciones como la gestión del tiempo libre remunerado, la gestión del calendario y las hojas de horas automatizadas para eliminar los errores en la introducción del tiempo.
Este tipo de aplicaciones no sólo son beneficiosas para la gestión del tiempo individual, sino también para la gestión de todo un equipo de profesionales sanitarios al completo. Si quieres saber más sobre estas herramientas, aquí te dejo una recopilación con las mejores aplicaciones para profesionales de la enfermería, que incluye gestión de turnos, calculadoras, etc.
Consejo #7: Identifica y elimina las actividades que te hagan perder tiempo.
Analiza los datos recopilados con las aplicaciones de seguimiento del tiempo y dedica algún tiempo a evaluar tu rutina diaria. Identifica cualquier actividad o proceso que no esté aportando valor o esté ocupando un tiempo innecesario.
Examina cómo distribuyes tu tiempo en cada tarea y observa patrones de interrupciones o demoras. A menudo, pequeñas distracciones, como correos electrónicos frecuentes o consultas improvisadas, pueden desviar la atención de actividades más importantes.
Puede tratarse de papeleo excesivo, un proceso de documentación repetitivo o métodos de comunicación ineficaces. Racionalizar o eliminar estas actividades que hacen perder tiempo puede liberar tiempo valioso para tareas más críticas de atención al paciente.
Evalúa periódicamente tu flujo de trabajo y busca oportunidades para mejorar la eficiencia y eliminar pasos innecesarios. Recuerda que en este proceso de análisis, las apps para profesionales sanitarios pueden ser tus grandes aliadas.
Consejo #8: Tómate un tiempo para descansar.
La enfermería es una profesión muy exigente, tanto física como mentalmente. Por eso es fundamental que reserves tiempo para descansar y reponer fuerzas. Programa pequeños descansos a lo largo de tu turno para despejar la mente, estirarte y tomar un tentempié.
Y cuando tengas un día libre, aprovéchalo al máximo. Dale prioridad al cuidado personal, pasa tiempo de calidad con tus seres queridos y participa en actividades que te alimenten el alma. Este tiempo fuera del trabajo te permitirá descomprimir, desestresarte y volver a tus tareas de enfermería con una nueva perspectiva.
¿Todo listo para gestionar tu tiempo de forma más eficaz?
Controlar el tiempo requiere compromiso, práctica y una planificación cuidadosa, pero la recompensa merece la pena. Una gestión del tiempo para enfermeras efectiva permite reducir el estrés, mejorar la atención a los pacientes y disponer de más tiempo personal, lo cual es fundamental en un entorno tan exigente.
Priorizar tareas, establecer horarios claros, delegar cuando sea posible y minimizar distracciones son estrategias clave que pueden marcar la diferencia en tu jornada laboral. Por otro lado, utilizar herramientas de planificación y seguimiento del tiempo, te ayuda a organizar las tareas diarias.
Incorpora estas buenas prácticas para aumentar tu productividad, mejorar tu bienestar y optimizar la calidad de la atención que brindas a tus pacientes. Una buena gestión del tiempo no solo beneficia a los pacientes, sino que te permite un equilibrio saludable entre tu vida profesional y personal.