¿Quieres ser jefe de obra? Buena elección. Es una carrera tan apasionante como interesante. Puedes tomar las decisiones, supervisar proyectos de gran envergadura y, seamos realistas, llevar un casco con autoridad. Pero, ¿cómo se llega hasta allí?
Tal vez seas un profesional con cierta experiencia a tus espaldas, pero no estás seguro de cómo dar el salto profesional hacia un puesto de mayor responsabilidad. Tal vez ni siquiera hayas pisado nunca una obra, pero te ves supervisando trabajos y dirigiendo equipos.
Lo único cierto es que no hay una única forma de llegar a ese puesto. Todo depende de ti y de si tienes o no el empuje, la determinación y las habilidades para lograrlo.
Llevo más de 15 años en el sector de la construcción y he dirigido una amplia gama de trabajos, desde casas de diseño individual hasta planes maestros multimillonarios. He tenido que abrirme paso a codazos para llegar hasta donde estoy hoy, así que puedo compartir un par de cosas sobre lo que me ayudó (y lo que no) a conseguirlo.
Veámoslo paso a paso.
Este artículo cubre:
- Ensúciate las manos
- ¿Qué títulos se necesitan para ser director de obra?
- Adquiere habilidades de liderazgo y comunicación
- Domina el arte de presupuestar y programar
- Mantente al día de las tendencias de la industria
- Seguimiento y gestión del tiempo de trabajo: Controla a tu equipo
- Construye una reputación y una red de contactos
- Apunta alto y sé ambicioso
- Reflexiones finales
Ensúciate las manos
Si no sabes lo que es sudar la gota gorda moviendo placas de yeso, mezclando cemento o cargando un contenedor, siempre estarás en desventaja cuando intentes contárselo a otra persona. Las obras se engrasan con la moneda del respeto, y los trabajadores de la construcción son, en general, gente muy orgullosa.
Piénsalo: si te pasas la vida aguantando desde la fría lluvia del invierno hasta las quemaduras del sol y la insolación del verano, no lo haces sólo por dinero, sino también porque te importa y porque quieres trabajar al lado de otros a los que también les importa.
Si no te has ensuciado las manos descargando una furgoneta, te costará ganarte el respeto de los compañeros de la obra.
Algunos de los jefes de obra y capataces con más éxito que conozco empezaron como carpinteros, albañiles u obreros. Saben lo que es hacer un turno de 12 horas un domingo porque los camiones de hormigón llegan el lunes y el encofrado tiene que estar listo. Por lo tanto, el equipo que ahora trabaja debajo de ellos entiende que sepan lo que es echar un día de trabajo.
Pero no hace falta aprender un oficio para entrar en el mundo laboral. También hay vías académicas en la construcción que pueden tener el mismo éxito. Sin embargo, si es tu caso, mi consejo sería que buscaras un hueco de tres meses después o durante tus estudios, llamaras a una agencia de colocación de la construcción y te presentaras como peón. Las cosas que aprenderás pasando tiempo in situ te reportarán dividendos a lo largo de tu carrera.
En el mundo actual de licenciados con caras brillantes, es más importante que nunca destacar, y pasar algún tiempo sobre el terreno te ayudará a conseguirlo.
¿Qué títulos se necesitan para ser director de obra?
Aunque algunos jefes de obra ascienden en el escalafón adquiriendo experiencia, en el mundo actual casi siempre se requiere algún tipo de formación académica. Aunque un título en construcción puede ser útil, no es necesario, y hay muchas otras opciones entre las que elegir.
Puede estudiar diplomas de construcción, cursos cortos u otras cualificaciones profesionales que le ayudarán a ampliar sus conocimientos sobre la construcción y demostrar a su empleador que se toma en serio su carrera.
Si me dieran un dólar por cada vez que se me acerca alguien que quiere ascender a un puesto directivo, ¡quizá podría comprarme uno o dos taladros Festool! Pero hablando en serio, en realidad no todo el mundo puede conseguir el ascenso, y aunque tener titulaciones a tu nombre puede no ser el factor decisivo, sí demuestra que tienes competencia técnica y un compromiso con el sector.
Los títulos no tienen por qué ser licenciaturas o diplomaturas, también hay un puñado de certificaciones específicas del sector que pueden darle una ventaja competitiva. Algunos certificados comunes que merece la pena tener en cuenta son los siguientes
- Certificación profesional como Director de Ejecución de Obra – Desde la Agencia de Certificación Profesional, en colaboración con entidades como la ENAC, Aparejadores de Madrid o el Colegio de la Arquitectura Técnica de Barcelona, ofrecen varias certificaciones dentro del sector de la construcción.
- Proyectos y seguimiento de obras – Desde el Centro de Formación en Edificación y Obra Civil de la Comunidad de Madrid se gestiona una gran cantidad de oferta de formación sobre distintas áreas como la eficiencia energética, sistemas constructivos y otras disciplinas.
- Postgrado de las técnicas y de los sistemas de gestión empleados en edificación – Desde la Fundación Escuela de Edificación, con sus programas de postgrado realizados en colaboración con la UNED (Universidad Nacional de Educación a Distancia) y con la UPM (Universidad Politécnica de Madrid)
Adquiere habilidades de liderazgo y comunicación
Dirigir una obra es algo más que dar órdenes. Eres el puente entre arquitectos, ingenieros, trabajadores y clientes. Eso significa que tiene que desarrollar grandes dotes de comunicación y trato con la gente. Una instrucción malinterpretada puede provocar retrasos, sobrecostes o, peor aún, un andamio enfadado.
Además, tienes que sentirte cómodo con la resolución de conflictos, que no es una tarea sencilla. Cuando las tensiones aumenten (y lo harán), serás tú quien mantenga a todo el mundo centrado y productivo. El liderazgo consiste en equilibrar la autoridad con el respeto, así que aprende a mantener la cabeza fría y a escuchar más de lo que hablas.
Domina el arte de presupuestar y programar
Los jefes de obra son básicamente jefes de proyecto con casco y botas llenas de barro. Tienes que equilibrar presupuestos ajustados, plazos estrictos y contratiempos inesperados. Comprender los procesos de estimación de costes, contratación y programación es crucial.
Hoy en día, la mayor parte de estos procesos se llevan a cabo digitalmente con programas informáticos de gestión de la construcción como Procore, Coins y Microsoft Project. Apréndalos. Utilícelos. Hay una fuente ilimitada de material didáctico gratuito en Internet a sólo una búsqueda en Google, así que aprovéchalo.
Aprender las herramientas del oficio no sólo impresionará a los posibles empleadores, sino que te permitirá ponerte manos a la obra cuando ocupes tu nuevo puesto directivo.
Mantente al día de las tendencias de la industria
Contrariamente a lo que se piensa, el sector de la construcción no está anclado en la Edad de Piedra. Desde los materiales de construcción sostenibles hasta las herramientas de gestión de proyectos basadas en IA, mantenerse al día de las nuevas tecnologías y métodos le mantendrá a la vanguardia.
Unirse a organizaciones del sector como la Asociación Nacional de Constructores (ANCOP) o colegiarte en el Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid (COAM) te ayudará a mantenerse al día de los últimos avances.
No sólo te convertirás en miembro de una familia de compañeros y profesionales con ideas afines, sino que también tendrás acceso a los principales recursos y apoyo para ayudarte en el desarrollo de tu carrera.
Y no lo olvides: ¡relaciónate, relaciónate, relaciónate! Asiste a exposiciones, ferias y jornadas de formación del sector de la construcción para mantenerte cerca del fuego y conectar con otros entusiastas de la construcción y líderes de opinión. Nunca se sabe a quién puedes conocer y hacia dónde puede llevar tu carrera.
Seguimiento y gestión del tiempo de trabajo: Controla a tu equipo
Déjame que te diga que uno de los mayores quebraderos de cabeza que te vas a encontrar constantemente en cualquier puesto de gestión de la construcción es la gestión de equipos. En mi propia carrera, a menudo he pensado que no soy sólo un director de obra, soy un padre, un terapeuta, un amigo, y alrededor de 50 otras funciones basadas en las relaciones.
Dominar cómo manejar equipos de forma eficaz y eficiente será una de las primeras habilidades que tendrás que desarrollar.
En mi opinión, cuanto más sencillo mejor, y he aprendido a apoyarme en soluciones digitales como las aplicaciones de control horario que permiten automatizar la supervisión y el registro de las horas, las hojas de horas y las ubicaciones de los trabajadores.
Al utilizar este tipo de herramientas, se elimina el margen de error, se eleva la presión de la propia carga de trabajo y se facilita la vida al equipo: a nadie le gusta rellenar partes de horas en papel un viernes lluvioso por la tarde.
No es ningún secreto que el sector de la construcción está plagado de disputas y discusiones, y la mejor defensa son los registros en blanco y negro. Tener un registro en papel (mejor aún si es digital) de lo que ha ocurrido en la obra te preparará para resolver las disputas que puedan surgir, antes incluso de que se hayan producido.
Como suele decirse, hay que afilar el hacha.
Construye una reputación y una red de contactos
Ahora que ya tienes experiencia y credenciales, es hora de que te hagas un nombre. La construcción es un sector en el que el boca a boca es importante. El número de veces que se utiliza en la construcción la frase «sólo eres tan bueno como tu último trabajo» es un testimonio de lo cierto que es este sentimiento. Al fin y al cabo, los tópicos lo son por algo.
Si empiezas a darte a conocer como una persona fiable, digna de confianza y competente, no tardarás en tener más opciones profesionales de las que imaginas. Una de las grandes ventajas de trabajar en el sector de la construcción es su gran demanda. Si te forjas una reputación sólida, nunca te quedarás sin trabajo.
Entrega los proyectos a tiempo, sé profesional y mantén buenas relaciones con clientes y subcontratistas.
Puede que algunos se acobarden ante la idea, pero los que quieran esforzarse de verdad deben pensar en crear un perfil en Internet que refleje los progresos que están haciendo en su carrera. LinkedIn y los foros del sector son lugares estupendos para conectar con otros profesionales, mostrar tu trabajo y descubrir nuevas oportunidades laborales.
Apunta alto y sé ambicioso
Recuerdo una vez, comiendo con uno de mis primeros mentores en la construcción – uno de los directores de Turner & Townsend-, me dijo que se arrepentía de no haber sido más ambicioso en su carrera. Me dijo que una de las cosas de las que se arrepentía era de no haber sido más ambicioso en su carrera. Me pareció un consejo extraño de alguien con un cargo de tan alto nivel, pero me hizo reflexionar,
Una vez que uno se siente cómodo como jefe de obra, ¿por qué limitarse a eso?
Muchos directores de obra pasan a desempeñar funciones ejecutivas, crean sus propias empresas de construcción o se convierten en consultores. El cielo es el límite, y vale la pena pararse de vez en cuando y comprobar tus objetivos profesionales y asegurarte de que vas en una dirección que coincide con tus aspiraciones personales y profesionales.
Apuntar alto no significa necesariamente querer ser CEO de una empresa. También puede significar trabajar en un puesto que te permita viajar. Puede ser ir a trabajar a un sector concreto de la industria que te resulte interesante. Puede significar retribuir y trabajar en una función benéfica o social.
Hay muchos lugares a los que una carrera en la construcción puede llevarte, y no sientas que nada está fuera de tu alcance: el mundo es tu ostra, y cuanto más te esfuerces, más posibilidades tendrás de alcanzar tus ambiciones.
Reflexiones finales
El camino para convertirse en jefe de obra no es único. Tanto si empiezas como peón y vas ascendiendo como si optas por la vía académica, el éxito en este sector se reduce a la experiencia, la perseverancia y la voluntad de seguir aprendiendo.
El respeto se gana trabajando duro, el liderazgo se desarrolla a través de los retos y las habilidades se perfeccionan manteniéndose a la vanguardia. Sigue trabajando en red, siga mejorando y, lo que es más importante, siga construyendo. Tanto si gestionas una pequeña reforma como una promoción multimillonaria, cada proyecto es un peldaño hacia otra oportunidad.
Así que ponte el casco, aprovecha el ajetreo y vete a construir algo grande.